Los nietos del último Rey de Hyderabad heredan 39 millones tras 70 años de disputa legal con Pakistán
EL DINERO, QUE LLEVA DÉCADAS SIN MOVERSE DE UN BANCO DEL REINO UNIDO, PERTENECEN AHORA A SUS HEREDEROS, SEGÚN HA DICTAMINADO UN TRIBUNAL BRITÁNICO
Hyderabad fue un estado de la India que existió entre 1724 y 1956. Su capital, la ciudad del mismo nombre, fue durante dicho período la cuarta ciudad más grande de la India y posteriormente fue dividida en los estados de Andhra Pradesh, Karnataka y Maharastra; y el séptimo y último de sus reyes, Mir Osman Ali Khan, fue durante la mayor parte de su vida el hombre más rico del mundo.
La disputa por su fortuna se remonta a 1948, cuando depositó un millón de libras en una cuenta bancaria en el Reino Unido que con el paso de los años y la ganancia de intereses se han convertido en la actualidad en 35 millones de libras (39 millones de euros). En aquel momento se estaba produciendo la separación entre India y Pakistán, por lo que el rey necesitaba proteger su fortuna. Además de guardar millones de joyas en camiones por si tenía que huir de un momento a otro, decidió depositar dinero en el banco británico cuando el ejército indio empezó la invasión de su estado, cuya rendición se produjo poco después. Ya en 1957 sus herederos, así como los gobiernos de India y Pakistán, afirmaron que tenían derecho al dinero, pero no ha sido hasta ahora cuando un juez ha decidido que pertenece a sus nietos.
Cuentan las crónicas que el Nizam, que llegó al trono en 1911, era un hombre cuya excentricidad estaba en plena sintonía con su enorme riqueza. Tanto así, que ni se inmutó cuando en una ocasión las ratas se comieron billetes por valor de tres millones de libras que tenía guardados en baúles en un sótano. Tenía en su dormitorio decenas de esmeraldas guardadas en bolsas de papel y usaba de pisapapeles el legendario diamante Jacob, tan grande como un huevo de avestruz y de 185 quilates que había encontrado guardado en un calcetín de su padre. La joya estaba valorada en nada menos que 50 millones de libras.
Más de tres mil guardaespaldas norafricanos se encargaban de su protección y contrataba empleados para realizar en palacio las tareas más particulares, como los 40 trabajadores que tenían como única misión limpiar los candelabros. Tenía cuatro esposas legales y más de 80 concubinas, con las que engendró más de un centenar de hijos.
Cuando la Reina Isabel II se casó con el Príncipe Felipe en 1947, él le regaló un collar de diamantes que ella lleva en el retrato de 2007 realizado por la famosa fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz, y que Catalina de Cambridge lució en el 2014 en una gala en la National Gallery de Londres.
DOS HEREDEROS.
El octavo Nizam, que lleva el título pero jamás ejerció como tal, emigró a Australia siendo joven, donde se dedicó al pastoreo y tiene ahora 84 años. Él y su hermano menor, el príncipe Muffakhan, de 80 años, son quienes por fin heredarán lo único que queda de la gran fortuna de su abuelo. El séptimo Nizam murió a los 80 años en 1967, cuando fue llorado por los que fueran sus súbditos. Durante su mandato fue muy amado, ya que usó sus millones para construir carreteras, ferrocarriles, hospitales y universidades. De hecho, su procesión fúnebre es hasta el momento una de las más grandes jamás vistas en la India.