**Un pequeño trozo de Egipto que cumple 50 años en Madrid!**

Este Templo tiene una larga historia, pero en gran parte no es una historia de amor, te contaré un poco sobre él y de como terminó en la ciudad de Madrid, pero lo cierto es que aunque por Filomena y la nieve el paisaje que aporta resulte aún más exótico e impactante de lo que es; la verdad es que me produce profunda tristeza y preocupación verlo en esta ocasión bajo la nieve.

El Templo de Debod tiene una larga historia, pero en gran parte como diría Belén Esteban; “Hay una historia, pero, no es una historia de amor” y parece mentira, pero, muchos desconocen cómo terminó en la ciudad de Madrid.

El origen del Templo.

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El Templo de Debod tiene aproximadamente 2200 años de edad, lo que se dice rápido, y se cree que el núcleo mas antiguo que da origen al templo es lo que hoy se conoce como la "Capilla de los relieves" dedicada a Amón, corresponde a lo que vendría siendo su etapa Meroítica ya que su construcción se debe al rey Adijalamani de Meroe, cuyo reinado se estima entre el 200 y el 180 a.C. y durante los siguientes siglos se le añadieron estancias e inscripciones hasta que fue cerrado y finalmente abandonado.

El Templo de Debod procede de una zona desértica de la baja Nubia que se encuentra al sur de Egipto y hacia la desembocadura del Nilo, era un punto estratégico y privilegiado por su situación geográfica ya que tenía gran influencia y mucho control sobre las rutas comerciales de la zona y constituía una de las principales fuentes de oro y materias prima como el ébano, marfil, incienso, huevos y plumas de avestruz, pieles de grandes felinos entre otros. La riqueza y variedad de sus recursos la convirtió en un destacado lugar de intercambio comercial y cultural, pero si les interesa saber algo más sobre Nubia lo dejaré para otro articulo.

Estaba a su vez muy cerca de la isla de Filé, un famoso santuario de la diosa Isis por lo que el templo también constituiría un lugar de paso para los peregrinos que recorrían la ruta sagrada hacia el gran centro religioso dedicado a la diosa Isis, esta “capilla” cuenta con escenas rituales representadas en sus muros donde pueden leerse proclamas como “El rey Adijalamani ordena la construcción del monumento a su padre Amón” y “Amón que habita en Debod” entre muchas otras.

Con posterioridad, distintos reyes de la dinastía Ptolemaica construyeron nuevas estancias alrededor del núcleo original hasta darle un aspecto cercano al actual (Ptolomeo VI Filómetor, Ptolomeo VIII Evérgetes II y Ptolomeo XII Neo Dioniso) por lo que el culto de este santuario fue reorientado en beneficio de la diosa Isis, a la que se dedicó una de las nuevas salas añadidas al núcleo original.

Pero luego tras la anexión de Egipto al Imperio romano, los emperadores Augusto, Tiberio y tal vez Adriano realizaron nuevas obras de ampliación en el templo. Entre ellas destacan la construcción de un pronaos (vestíbulo) de fachada columnada, con un acceso flanqueado por otras dos columnas, y la decoración de los muros internos del mismo por lo que literalmente fueron ellos quienes terminaron el templo dejándolo casi con el mismo aspecto que tiene hoy día,

Entre los siglos 535 y 537 d. C., el emperador Justiniano decretó y ordenó el cierre de todos los templos egipcios y por supuesto entre ellos el de Debod y el de Isis en Filé, tras una de sus medidas y esfuerzos para cristianizar y convertir a la región de Nubia. por lo que desde ese entonces el Templo de Debod quedó abandonado y sería visitado por nómadas, peregrinos paganos, cristianos e inclusive por musulmanes.

Se puede decir que en el “nuevo mundo” la primera referencia “moderna” que se tiene al Templo de Debod corresponde a una corta descripción del lugar que fue realizada por el danés Frederic-Louis Norden en el año 1737. sin embargo la más extensa y detallada que se tiene no se ofrecería hasta el año 1813 por el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt, quien fuese enviado a inspeccionar la zona por orden de Napoleón Bonaparte.

A lo largo del siglo XIX, el templo continuaría recibiendo numerosas visitas de occidentales, inclusive la de Jean-François Champollion quien es considerado el padre de la egiptología.

Estas visitas y exploraciones esporádicas permitieron documentar sin querer la evolución y el avance del deterioro del santuario que además sufrió el mayor daño en 1868 por el efecto de un violento terremoto terminando en ruinas ciertas secciones del mismo.

A pesar de todo el Templo de Debod se mantuvo en pie, pero lamentablemente las cosas comenzaban a complicarse mucho más para el en el año 1907, y es que la construcción de la primera presa de Asuán (conocida como la presa baja) constituyó un serio y peligroso revés para el templo.

La ubicación de esta presa obligaba al templo a permanecer bajo el agua entre ocho y diez meses al año, quedando en la superficie y siendo visible tan solo en los meses de verano por lo que su estado de conservación pasó a ser cada vez peor, es por ello que el deterioro de la piedra arenisca con la cual esta hecho, así como la policromía de sus murales y algunos de sus relieves, sufrió daños irreparables.

En vista de las circunstancias el Servicio de Antigüedades de Egipto junto al arquitecto egipcio Al Barsanti, realizaron lo que sería “una primera restauración del santuario” para posteriormente el alemán Günther Roeder llevase a cabo un estudio exhaustivo con documentación fotográfica, dibujos de planos, alzados y comentarios, un estudio tan complejo como completo y cuyo trabajo sigue siendo a más de un siglo después, la principal y mas completa referencia bibliográfica del Templo de Debod que se tiene.

Cómo llega el Templo a España?

Es aquí donde comienza la parte de la historía que lo trae hasta Madrid y es que si pensabas que no podría ser peor su situación…

A finales de los años cincuenta, Egipto decidió ejecutar una nueva y más grande presa en el Nilo (ya que la primera estuvo apunto de desbordarse) una capaz de almacenar más de 150 millones de metros cúbicos de agua. encendiendo todas las alarmas y es así como la Unesco se apresuró a iniciar y activar la conocida Campaña de Nubia en el año 1959. El objetivo de ésta campaña? salvaguardar los monumentos y yacimientos arqueológicos de aquella región antes de que fueran sumergidos bajo las aguas para siempre!, entre ellos también se encontraba Abu Simbel.

En el marco de la campaña se movilizaron tecnología y fondos internacionales para desmantelar los monumentos y posteriormente reensamblarlos en nuevos emplazamientos. El proyecto duró veinte años y generó desafíos tecnológicos sin precedentes en la historia. En total, se desplazaron 22 monumentos y complejos arquitectónicos con la ayuda de 40 misiones de técnicos de los cinco continentes.

El Templo de Debod fue desmontado y catalogado pieza a pieza por una misión arqueológica polaca quienes terminan localizando las bases más antiguas del edificio durante las excavaciones de los cimientos y que provenían de la de época ramésida consagrado por Seti II.

Una vez desmontado el templo en el año 1961, fue trasladado momentáneamente a la isla Elefantina, muy cerca de Asuán, donde permaneció en cajas de madera bloque a bloque (1356 en total) hasta el año 1970, algo que sin duda alguna y de cierta manera resulta incomprensible y descorazonador puesto que transcurrieron prácticamente 10 años, en los que además no se tiene ningún tipo de información sobre su conservación o condiciones y como no podía faltar; algunos sillares se rompieron durante el traslado y muchos otros se perdieron, y por si fuera poco se había renunciado a salvar elementos igual de importantes; los cimientos del edificio, que finalmente quedaron bajo las aguas del Nilo para siempre.

Por suerte la Campaña de la Unesco fue exitosa y Egipto decidió entonces donar a los países que habían participado en aquella monumental campaña cuatro regalos de un valor incalculable: destinó Ellesiya a Italia, Taffa a los Países Bajos, Dendur a Estados Unidos y Debod (el más grande de los 4 monumentos) a España. Se desconoce que criterios tomaron en cuenta al momento de la selección puesto que la aportación económica de otros países, como Holanda, Francia o Estados Unidos, había sido mucho mayor.

Pero lo que si quedaba claro era que para su adjudicación estaba establecido que los monumentos debían exhibirse en museos o en centros científicos públicos, que además se asegurara su conservación y que por supuesto se creara un adecuado ambiente arqueológico.

Y es así como el día 30 de abril de 1968, el presidente de Egipto para entonces: Gamal Abdel Nasser, firma el decreto por el que se ofrecía “el Templo de Debod al Estado Español y a su pueblo, en consideración a sus esfuerzos en la contribución para el salvamento de los templos de Abu Simbel”. Una decisión muy celebrada y esperada por España desde que hicieran su solicitud en 1964.

Finalmente el Templo de Debod fue transportado pieza a pieza hasta el puerto de Alejandría a finales de Abril de 1970 y un mes más tarde el buque de vapor Benisa zarpaba de esta importante ciudad egipcia con dirección a España con una carga muy especial; el Templo de Debod a bordo. Un viaje que fue muy rápido puesto que el día 18 de ese mismo mes arribaba al puerto de Valencia desde donde fue transportando por carretera en camiones hasta llegar a Madrid.

Ahora seguro se preguntarán por que fue adjudicado a Madrid y bueno eso también es otra historia digna de telenovela, puesto que fueron varias las ciudades las que querían hacerse con el, como Elche y Almería, en el caso de Elche la petición fue formal, existe documentación al respecto e incluso “dejaban caer” que además de contar con un paisaje y condiciones algo similares para su contemplación serviría como una especie de compensación por tener la famosa Dama de Elche en Madrid.

Pero en parte y hasta donde sé las razones también podrían haber sido fuertemente económicas y es que transportar hasta España el templo costó a las arcas públicas un total de 525.000 dólares y de esta cuantiosa cantidad la ciudad que lo acogiese tendría que hacerse cargo de una parte, en concreto 350.000 dólares y además asumir el coste que derivaría su reconstrucción.

Finalmente su reconstrucción tomaría al menos 2 años bajo la tutela de Martín Almagro Basch, quien fuese entonces el director del Museo Arqueológico Nacional, y la tarea no fue fácil, puesto que solo contaban con unos pocos planos antiguos, croquis de los alzados con numeración de la situación de los bloques y una colección de fotografías ademas de publicaciones de arqueólogos de siglos pasados que lo habían estudiado, muchos bloques incluso habían perdido su numeración por lo que fue preciso una ardua labor de investigación para averiguar su posición exacta dentro del rompecabezas que era el templo.

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Manuel Herrero Palacios era el arquitecto jefe de los servicios de jardines y parques del Ayuntamiento de Madrid y fue quien para entonces se encargó del proyecto en su nuevo emplazamiento y el Templo de Debod debía ser el punto foca; por ello se diseñó una plataforma base hecha con bloques de piedra cuya función sería aislar todo el conjunto del contacto directo con el suelo, y además con el diseño también se conservaría la orientación este-oeste que el templo tenía originalmente.

Muchas partes del templo faltaron a medida que se iba completando su reconstrucción por lo que bajo los criterios de conservación se optó por la técnica de la anastilosis usando piedra blanda y de diferente color, traída de Villamayor, Salamanca, la finalidad de esta técnica es que se pueda distinguir la parte original de la añadida fácilmente y que además siempre pueda ser una operación reversible, finalmente el templo es “inaugurado” en 1972 y poco ha cambiado de su entorno a como lo conocemos hoy.

El Templo de Debod en la actualidad.

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Aunque se le han hecho diversas modificaciones a lo largo de estos 50 años por razones de mantenimiento las mismas no son ni en parte las suficientes y es lo que me lleva a escribir este articulo, el templo ha estado desde su llegada rodeado de cierta polémica, y es que su emplazamiento y mantenimiento no ha sido el adecuado y creo estar en lo cierto al decir que el Templo de Debod a sufrido un deterioro incluso mayor durante estos 50 años en Madrid que el que tuvo en toda su historia previa.

Muchos artículos se han escrito al respecto pero el templo sigue igual, sin protección y es que son muchos los factores que lo afectan negativamente, como;

Los antrópicos, causados por el tipo de interacción que tienen las personas con él, y los usos para los cuales fue o sigue siendo dispuesto. En el pasado se realizaban obras y representaciones teatrales, anuncios publicitarios y otras actividades cuyas instalaciones generaban grandes daños en su estructura, inclusive los númerosos grafitos de personas inescrupolosas que no respetan el patrimonio se pueden encontrar.

**Los ambientales**

debido a la diferencia del clima, los cambios estacionales bruscos y las variaciones de temperatura, las lluvias significativamente mucho más frecuentes y por supuesto los altos niveles de contaminación con relación a su natal Nubia donde el clima es mas estable, seco y las lluvias son escasas.

Y por supuesto, los biológicos causados por la vegetación y los animales del entorno.

Todos esto ha incrementado durante estos años el deterioro del templo, puesto que lo están erosionando y afectando sistemáticamente de forma acelerada, y la raíz de todo es que el Templo de Debod se encuentra a la intemperie, y lo peor es que ni siquiera se tomen las medidas suficientes para por lo menos intentar palear los elementos que puedan dañarlo, convirtiendo su situación en un total despropósito.

Quién diría que podríamos llegar a verlo bajo tal manto blanco de nieve y es muy probable que este temporal causado por Filomena haya contribuido todavía más a deteriorar su estructura, exponiendo la piedra arenisca de la cual esta hecho a cambios tan radicales como los vividos durante tantos días; el hielo sumado a las bajas temperaturas podrían contribuir a la aparición y/o aumento de grietas en su estructura, por ejemplo.

Bien lo dijo Zahi Hawass, durante su visita a madrid este año;

“Se está poniendo en peligro su conservación, Egipto hizo cuatro regalos: Dendur a Estados Unidos, Ellesiya a Italia, Taffa a los Países Bajos y Debod a España. "El de Debod es el más importante de los cuatro. Me gusta mucho su ubicación, me hace sentir como en Egipto, pero tengo que apuntar que el resto de templos están protegidos y éste no” y continuó “Cuando hacemos un regalo, esperamos que se valore. En las últimas décadas, ha sufrido más que en toda su vida, que son 2.000 años”

Y aunque por lo visto gracias a eso el Ayuntamiento está preparando un proyecto museológico para el Templo de Debod que se desarrollará a lo largo de este año 2020 ó 2021, lo que he leído es que se "buscará potenciar la conservación interior del valioso edificio". y volvemos al tema… es que solo el interior del templo es lo único que importa?, qué sucede con la conservación del exterior del templo? cuánto tiempo más se tomarán para protegerlo adecuadamente?.

Se puede apreciar lo afectada que se encuentra una de las caras del templo por la humedad.

Es una vergüenza que mientras los otros templos se encuentran a cubierto dentro de importantes museos y bajo altos estándares de conservación el Templo de Debod, el más importante de los cuatro, se encuentre a merced de las inclemencias del clima local y expuesto incluso al vandalismo.